Participar en el restaurante-escuela de Norte Joven supone una experiencia de formación práctica que los alumnos y las alumnas valoran muy positivamente. «Una oportunidad de poner en práctica lo que estamos aprendiendo en taller con personas reales, pero en un entorno conocido, superando nuestros miedos del primer día». Se trata de una actividad complementaria a la formación que como camareros de sala y como cocineros reciben cada día en el taller; los alumnos de sala participan sirviendo al público comidas elaboradas por los alumnos de cocina. Rony, María, Brianda, Shaalim, Ivett, Marian y Alex, del taller de sala del Centro Norte Joven de Vallecas nos cuentan cómo se sintieron la primera vez que participaron en el restaurante-escuela. Ésto fue lo que nos contaron.
El primer día que participé en el restaurante-escuela, lo primero que pasó por mi cabeza fue “¡No me creo que esté aquí! Pero ya que comienzo… lo termino”. Tenía muchos nervios al principio, luego me acoplé bien y acabé muy animado y motivado. Lo que más me gusta de esta actividad es el trato con el cliente. No sabía nada de sala antes de llegar a la asociación y ahora estoy aprendiendo a desempeñar con profesionalidad mi oficio, a ponerlo en práctica y esto me va a ayudar a conseguir un trabajo.
“Yo también estaba muy nervioso y no sabía qué iba a pasar. Para mí sin embargo lo más difícil es ofrecer una correcta atención a los clientes. Poco a poco me fui relajando y tranquilizando. Esta práctica me ayuda a seguir aprendiendo y me anima a seguir adelante, nunca quedarme atrás. Me gustaría ser alguien en la vida y lograr un empleo; me veo trabajando en un hotel de 5 estrellas”.
“Al principio pensé que sería fácil, aunque tenía miedo a hacerlo mal. Entonces recordé lo que nos dice siempre el maestro en el taller “no hay que tirar la toalla” y pensé “puedo hacerlo”. Me gustó mucho que el servicio en sala lo ofreces a un cliente real y eso es una motivación para aprender más del oficio y hacerlo bien. Mi sueño es trabajar como camarero profesional”.
“Comencé con miedo, estaba tan asustada que incluso parecía despistada. La sensación al final: me había gustado mucho participar en el restaurante-escuela. Me gustaría trabajar en un hotel. Toda la formación que estoy recibiendo en Norte Joven me está ayudando a crecer como persona, a formarme en un oficio con proyección y a tener más posibilidades de encontrar trabajo”.
Yo ya había trabajado de camarera antes de llegar a formarme a Norte Joven, pero aún así también estaba muy nerviosa de tener que encargarme de atender una mesa. Creía que no podría o que iba a salir mal, pero no fue así ¡no era para tantos nervios! Sin duda, esta actividad es una manera de aprender más y de forma más práctica. Ahora sigo formándome para convertirme en una buena camarera y conseguir un trabajo.
Yo pasé de los nervios iniciales a la alegría de haberlo hecho bien cuando finalizó el servicio, así recuerdo la primera vez que participé en el restaurante-escuela. La sensación que me quedó: si me lo propongo, lo podría haber hecho incluso mejor.
Sí, yo también tenía miedo de que algo saliera mal, pero como dice el maestro de sala “no hay que dejarse vencer y siempre perseguir nuestros sueños”, así me disfruté mucho la práctica en el restaurante-escuela. Ahora que llego al final de mi formación, me voy con pena de dejar de ver a mis compañeros. ¡Somos un buen equipo!