«Al llegar al centro, al principio no hablaba, estaba cerrado. Yo pensaba que a los otros no les importaba, me lo quedaba para mí También me pasó en el piso. Pero poco a poco me di cuenta de que tenía que hablar, que soy valiente”. Abderrahmane entró en Norte Joven un año después de haber llegado a España. Desde muy pequeño le gustaba la cocina, pero tuvo que abandonar la secundaria en su país, cuando aún era muy joven.
Llegar a Norte Joven y comprobar que podía formarse como ayudante de cocina y prepararse para graduarse en educación secundaria al mismo tiempo fue todo un hallazgo. “Creo que estar aquí es una oportunidad que no puedes perder. Estás muy a gusto, casi no quieres salir. Los primeros meses no fueron fáciles, me costó adaptarme, para entender a los profesores y a los compañeros. No me gustaba la asignatura de competencias, que era donde me podía expresar y sacar lo que tenía. Poco a poco comencé a valorar lo que se me ofrecía”.
Abderrahmane finalizó su itinerario de formación en abril y en junio ya accedió al empleo, trabajando como ayudante de cocina en un restaurante.